La cada vez mayor presencia de espacios para la preparación de alimentos en las empresas que permitan a los empleados disfrutar in situ de su tiempo para comer, ha llevado a la Asociación de Mobiliario de Cocina (AMC) a señalar la tendencia de las cocinas para oficinas como un nicho de mercado interesante a tener en cuenta también por parte de las empresas de equipamiento de cocinas tradicionales.

La hora de la comida es fundamental para que los empleados puedan desconectar y recuperar fuerzas y energía para volver al trabajo con mayor efectividad. Así, desde AMC se proponen opciones de “la buena cocina hecha en casa” para oficinas en las que funcionalidad y estética van de la mano.

Finsa.

Las propuestas de AMC: sencillez y comodidad

AMC considera que la cocina de la oficina debe ser un lugar tranquilo y acogedor. Para conseguirlo una buena alternativa es apostar por materiales como la madera, en tonos neutros, claros y cálidos, que permitan reconectar con la naturaleza. Igualmente, desde la Asociación de Mobiliario de Cocina recomiendan que la cocina esté separada de la zona de trabajo y que se primen las líneas limpias y sencillas. Además de facilitar la desconexión, estas zonas han de promover el poder compartir y relacionarse con los compañeros.

En este sentido, además de un diseño sencillo y simple, la solución pasa por una organización clara del espacio con una buena iluminación. A esto contribuyen los elementos minimalistas.

Formica.

Higiene y limpieza, dos imprescindibles

Si ya en las cocinas domésticas la higiene es fundamental, en un cocina sometida a un uso más intensivo, por los diversos trabajadores de una empresa, aún lo es más. Por eso, lo mejor es utilizar materiales que garanticen una óptima seguridad alimentaria y una fácil limpieza. Así, desde AMC mencionan los materiales no porosos o con propiedades antibacterianas, así como soluciones que impiden la propagación de olores. En este sentido, el acero inoxidable es un buen candidato, tanto por sus propiedades técnicas como estéticas, ya que nunca pasa de moda.

Otros elementos a considerar son el pavimento, que ha de ser capaz de soportar un tránsito elevado de personas, o la zona para los desperdicios y restos de comida. En el caso de la primera aplicación, los expertos de AMC aconsejan los suelos porcelánicos, cerámicos, vinílicos, de micro-cemento o ultracompactos, ya que garantizan resistencia y mantenimiento sencillo. En cuanto a la zona destinada a la basura, los recipientes donde se depositan los desperdicios han de estar aislados y permitir el reciclaje.

Resistencia y durabilidad

Como ya se ha apuntado, el uso intensivo de la cocina de una oficina requiere un equipamiento de calidad. De este modo, los materiales y componentes como herrajes, puertas, cajones, encimeras, etc, han de garantizar muchos usos ofreciendo una elevada resistencia y durabilidad. Esto, además de alargar la vida útil de la cocina también se traduce en un menor mantenimiento y una mayor seguridad de uso.

Opciones en función del espacio disponible

Para cuando la falta de espacio es también una constante en la oficina, una opción de reducido tamaño pero eficaz son las kitchenettes. Ideales para empresas pequeñas y con poco personal este tipo de cocina integrada, compacta y pequeña cuenta con todo lo necesario, como fregadero, frigorífico, cafetera y zona de almacenamiento. Se suelen cerrar, convirtiéndose en una parte más del mobiliario.

Delta.

Además de agilizar el proceso de cocinado y de limpieza, esta alternativa une en su diseño la funcionalidad básica de una cocina completa y un menor coste tanto de instalación como de mantenimiento.

Sin embargo, para locales donde la falta de metros no es un problema, los diseños amplios y abiertos son la mejor opción. Y es que de este modo se saca más partido a la versatilidad del ambiente, y los usuarios disfrutan también de una mayor comodidad. El resultado es una estancia más distendida y que favorece la interacción de los trabajadores.

En este diseño, las islas, barras y mesas alargadas adquieren mucho protagonismo, y se multiplican las posibilidades estéticas en cuanto a la colocación de mobiliario, electrodomésticos y demás complementos para un resultado funcional y muy decorativo.