La Asociación de Mobiliario de Cocina (AMC) señala una serie de productos -entre ellos un horno de vapor, una plancha, un exprimidor o una panificadora- que contribuyen a conseguir una dieta más sana y saludable de cara a la temporada estival.
La llegada del buen tiempo nos recuerda la proximidad del verano y la necesidad de cuidar la figura comiendo sano y haciendo ejercicio. Para lo primero, existen muchos aliados en la cocina que nos pueden ayudar a preparar platos muy ricos y saludables. No hay que olvidar que además de la elección de los ingredientes el modo de preparación tiene mucho que ver. Por eso, la Asociación de Mobiliario de Cocina (AMC) ofrece una selección de electrodomésticos y otros equipamientos de cocina que son ideales para comer rico cuidando al mismo tiempo la salud.
Cocina al vapor, 100% saludable
Los hornos de vapor se han convertido en el electrodoméstico esencial para cualquier receta sana. Permiten combinar el calor seco con la retención de humedad, consiguiendo así, que los alimentos queden crujientes por fuera y jugosos por dentro.
Cocinar al vapor permite hacerlo también por debajo de los 110ºC, temperatura a partir de la cual la comida comienza a perder sus propiedades nutricionales. Asimismo, este sistema consigue una cocción homogénea que hace que los alimentos conserven todos sus nutrientes. También permite cocinar sin grasas añadidas, sólo con el propio jugo del alimento, lo que, además de cuidar el colesterol, también favorece la digestión.
La plancha, un clásico de la comida con menos grasas
Cocinar a la plancha o a la parrilla son dos de los métodos de cocinado más saludables por el bajo nivel de grasa que emplean. Basta con una pequeña cantidad de aceite para conseguir sabrosas recetas. Además, para los amantes de la cocina oriental, existen los complementos de la plancha Teppan Yaki y el wok. Dos accesorios versátiles e ideales para cocinar pasta, verdura o carne sin apenas grasa. Además, la conductividad de sus materiales favorece que se cocine rápido, con menos energía. Una vez utilizada su limpieza no tiene secretos. Basta colocar unos cubitos de hielo sobre la misma cuando aún esté caliente y retirar los restos con la ayuda de una espátula. La pasada final de un paño o papel de cocina dejará el utensilio listo para volver a usar.
Las frutas son para el verano
Con el calor, para evitar la deshidratación, los zumos y batidos naturales son el merjor recurso. Además pueden ayudarnos a evitar picar entre horas, sustituyendo los snacks poco recomendables por estos alimentos ricos en vitaminas y cuya ingesta diaria está recomendada por los nutricionistas. De esta manera, la fruta se puede preparar con extractores de jugos en frío a baja velocidad, que conservan la calidad nutricional de frutas y hortalizas, repetando sus aromas y propiedades. Estos aparatos incluyen componentes muy fáciles de desmontar y limpiar, con la máxima seguridad alimentaria, ya que utilizan materiales anticorrosión como el acero inoxidable, que evita la liberación de esporas en el zumo.
El pan, casero
El pan es un alimento básico y completo que, en muchas ocasiones, queda excluido de la dieta. Si bien es cierto que la calidad del pan ultraprocesado que encontramos en muchos supermercados y grandes superficies no es la mejor, preparalo en casa nos permite utilizar ingredientes sanos y naturales y saber lo que comemos. Para ello, las panificadoras actuales, con un tamaño similar al de una freidora, son la mejor opción. Basta añadir los ingredientes en el molde metálico de su interior y elegir el programa; y la panificadora se encarga de amasar, fermentar y hornear el pan. Sin ensuciar la cocina y sin haber de estar vigilando la masa.
Por otro lado, el molino de cereales suministra harina en el momento justo de su uso, con toda la fuerza nutritiva de su germen y la cáscara, donde se encuentra un amplio contenido de minerales fundamentales para nuestro organismo. Los beneficios de un pan casero para nuestra salud son innegables: es más natural, reduce la hipertensión y el consumo de azúcar, y contribuye a reducir la ingesta de alimentos procesados.
Cocina sana con agua de calidad
Llevar una buena hidratación y beber a diario alrededor de dos litros de agua al día trae consigo beneficios muy importantes para la salud. Una manera de tener una fuente de agua de calidad siempre a mano son los grifos con sistemas de filtrado integrado. Estos equipos purifican el agua eliminando bacterias, metales pesados y otros elementos como pesticidas y cal. Algunos de estos sistemas, con sólo tocar un botón sirven agua filtrada fría o hirviendo, perfecta para la cocina sana o para preparar infusiones sobre la marcha, con el consiguiente ahorro de agua y energía.
Un huerto en la cocina
Quien piense que la vida urbana es incompatible con cultivar en casa las propias verduras y hortalizas se equivoca. Para esto no es necesario disponer de jardín o terraza. En este sentido, mesas de cultivo, huertos verticales o una simple ventana con un estante son suficientes. En el mercado existen módulos abiertos, con iluminación específica, que permiten tener un huerto urbano en la cocina y disfrutar de todas sus ventajas.
Los huertos urbanos también son un elemento decorativo, que aporta riqueza cromática, originalidad y calidez a la estancia, pero su función principal es fomentar el autoconsumo y proporcionar alimentos naturales para una cocina sana. Además, disminuyen las emisiones de carbono, mejorando la calidad del aire; regulan la temperatura ambiente, reducen el ruido externo y el gasto de la luz.